Ayer comenzaron las fiestas de mi pueblo, y pudimos disfrutar de fuegos artificiales como todos los años. Y a pesar de la crisis y de que es un pueblo pequeño, no estuvieron mal. Lo más importante es buscar un buen sitio para verlos y tener buena compañía.
Las peñas y una buena orquesta cada noche en la plaza del pueblo, es lo más característico. Son el alma de las fiestas. Tampoco faltan los puestecillos ambulantes, donde se venden bolsos, bisutería y chorradas varias, como sombreros o gafas cutres que casi todo el mundo acaba comprando como complemento para su atuendo festivo.
Para cenar, unas patatas fritas con nuggets, o un buen bocata de la "Peña el Capricho", la peña más veterana del pueblo, en la que no se admiten chicas como miembros; es sólo de chicos. Y para los más golosos, churros y porras, o un gofre con nata y chocolate.
Y después un cubata o varios, que te saldrán gratis en la "Peña el Atillo", pero sólo si tienes contactos y le echas un poco de cara. Es la peña de las chicas, que en la mayoría de los casos son las mujeres o novias de los chicos de la "Peña el Capricho". Es la segunda peña más veterana. Y aunque los chicos sean de una peña y las chicas de otra, siempre andan todos juntos, y también revueltos.
Pero lo más importante de las fiestas, sobre todo para los más devotos, son las misas y procesiones en honor a nuestro Santísimo Cristo Crucificado. Él es el verdadero motivo por el que se celebran las fiestas, así que hay que darle las gracias.
Además, se realizan multitud de actividades como encierros, suelta de vaquillas para los mozos, novilladas, rejones, ofrenda floral al Cristo a cargo de las peñas de la localidad, bailes, paella en la plaza del pueblo para todos los vecinos y gran caldereta como fin de fiesta.
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