Miles de pensamientos se agolpan en mi mente al mismo tiempo, y no consigo diferenciar cada uno de ellos. Un remolino de ideas revolotea en mi mente y me lleva a otro mundo, muy lejos de éste. Un mundo en el que no necesito pisar tierra para mantenerme en pie; un mundo en el que no necesito estar dormida para poder soñar; un mundo en el que las heridas de bala en el corazón no duelen. Pero mi estancia en ese otro mundo no dura mucho tiempo. Siempre hay algo que me hace volver al mundo real rápidamente. Un cubo de agua fría sobre mi cabeza que congela mis pensamientos durante un tiempo indefinido. Sé que están ahí, pero no pueden volar. No me permiten respirar profundamente, me impiden saborear cada aroma que el viento trae consigo. Intento huir a ese otro mundo tan maravilloso en el que siempre me gustaría estar; pero no puedo. Mis pensamientos siguen congelados. Necesito tu calor para fundirlos. Te necesito a mi lado para evaporarlos; pero tú no estás. Solamente el tiempo lo conseguirá; cuando el corazón de mi reloj deje de latir y el tic tac de los segundos deje de sonar. Sólo en ese instante, cuando el tiempo se congele, volveré a ser libre y mis pensamientos dejarán de estar inmóviles en mi mente y serán libres también. Volverán a transportarme a ese lugar mágico en el que todo es posible, en el que sólo existe paz. Sólo dame tu mano y déjate llevar.
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